1995 - Duesenberg & Kluson
1995 – Duesenberg de nuevo
Y entonces llegó Duesenberg. El nombre ya existía, pero esta vez volvía abanderando un concepto completamente nuevo: lo retro. Los mejores tiempos del Heavy Metal habían terminado y los guitarristas estaban más interesados en los valores de la vieja escuela. Y ese era mi concepto: un valioso y nuevo diseño de guitarra, al estilo de los años 40 o 50. Me invadió la sensación de estar haciendo un viaje en el tiempo.
Aquí van algunas claves de mi trabajo:
Si se miran atentamente las guitarras disponibles en el mercado entonces y ahora, se puede llegar a la conclusión de que apenas hay guitarras que sean muy malas. Puedes encontrar algo bueno de casi todas las marcas, pero también detalles mejorables en todo el mundo. O al menos detalles que, siendo tolerables, no son óptimos.
Por ejemplo, la unión del mástil con el cuerpo, habitualmente en el traste 16, que te impide alcanzar los trastes más altos con la mano cómodamente. O las pastillas simples, que son ruidosas por la retroalimentación, pero por supuesto suenan más abiertas que las humbuckers. Y hay detalles que pueden ser más importantes en su diseño que en su función. Por ejemplo, no se puede hacer el reposabrazos en el cuerpo, si la guitarra tiene binding en esa parte.
Para empezar, este es el tipo de cosas que me molestan:
- Mástiles atornillados que tienen tanta holgura en el hueco del mástil que puedes moverlos atrás y adelante. (¡Esto hoy en día ya casi no sucede, debido a la precisión de la tecnología CNC!)
- Una distancia demasiado pequeña entre las cuerdas en el puente (¡10,5mm debería ser lo mínimo!).
- Un ángulo de presión demasiado débil de las cuerdas que vienen del cordal o del trémolo hacia el puente, de modo que las cuerdas se salen fuera de las muescas de las selletas cuando se golpean las cuerdas con fuerza o al hacer bendings.
- Puentes sin posibilidad de ajuste para el quintado.
- Puentes montados sobre bases de madera deslizantes que pueden resbalar, de modo que se pierde el quintado.
- Selletas mal hechas: demasiado altas, demasiado bajas, demasiado estrechas o demasiado anchas.
- Traste cero: Nunca funciona bien porque la cuerda se desliza adelante y atrás cuando se hace un bending. Además, para una óptima acción de las cuerdas, el traste cero tendría que ser más bajo en las cuerdas graves.
- Palas demasiado anchas, donde las cuerdas se tienen que abrir tanto hacia su clavija que se produce fricción en la cejuela.
- Palas proclives a romperse.
- El enganche de la correa montado en la placa del mástil, lo que lleva a que la guitarra cabecee hacia la pala.
- Que no haya marcadores en el canto del diapasón o que las incrustaciones sean difíciles de identificar.
- Entradas de jack flojas, que permiten que se salga el cable sin querer. Y que no te dan la sensación de seguridad cuando enchufas el cable.
- Potenciómetros lentos, selectores de pastilla imprecisos o simplemente demasiados controles.
- Peso excesivo.
- Disposición y posicionamiento de los controles (especialmente en las guitarras Gibson)
Además:
Hay que tener en cuenta que la mayoría de los componentes utilizados en nuestras guitarras favoritas son bastante baratos: placas para la entrada del jack, empuñaduras de las palancas de trémolo, tapas de trussrod: todo de plástico. Las únicas marcas de guitarra que me gustaban a medias en este sentido eran Gretsch y Guild. Pero aparte de los algunas tapas de pastilla en concreto y los bonitos golpeadores de acrílico, normalmente había demasiados controles. Y siguen sin gustarme los cromados o los dorados. ¡Tiene que ser en níquel!
Así que, ¡centrémonos en lo esencial! ¿Qué necesita un guitarrista en los controles? Uno de volumen, uno de tono y un selector de pastillas, ¡bam! Ésta era la combinación que Leo Fender ya había usado con gran éxito. ¿Y qué tipo de pastilla? Una especie de PAF en el puente y, por razones comerciales, otra en el mástil. Pero como no me gustaba el sonido en la posición media del interruptor en muchas guitarras, tuve la idea de dividir el humbucker a través de un condensador en la posición media, lo que dio lugar a un sonido algo hueco, tipo Fender, y al mismo volumen. ¡Simple y, a la vez, muy versátil!
¿Y qué forma le damos al cuerpo? ¿Algo como la “Schmith” otra vez? Noo. Vayamos a lo clásico: sencillamente, una guitarra de jazz en formato más pequeño, pero más grande que una Les Paul. Y con un cutaway menos puntiagudo. Mejor redondeado. Y con cámaras, es decir, grandes cavidades dentro del cuerpo para aligerar el peso y producir un sonido más vivo. ¡Y ojo!, todo diseñado con una regla de curvas, curva a curva.
Three Steps Ahead! (¡Tres pasos por delante!)
Pero teníamos que encontrar algo que hiciera que nuestras nuevas guitarras fueran visualmente únicas. ¡"Tres pasos adelante"! Sí, la idea de los tres pasos del Art Decó. Sólo había que utilizar esta forma en la pala y en el golpeador.
Con la ayuda del diseñador industrial Robert Fuchs, empezamos a trabajar en las piezas metálicas: El logo de la D, la tapa del truss rod, la placa del jack y la tira de sujeción del golpeador, que tenía que estar adornada. Robert creó dibujos exactos, que me llevé en mi siguiente viaje a Formentera. Porque resultaba que, de todos los lugares posibles, precisamente allí había un platero alemán que me había explicado una vez cómo reproducir piezas de joyería de metal en grandes cantidades, usando la técnica de fundición.
Este fino artista, llamado Reinhard Urbschatt, tomó los dibujos de las partes metálicas, cortó finas capas de chapa de plata con una sierra de marquetería para darles forma y luego las soldó exactamente una encima de la otra. Incluso serró de este modo la fina filigrana de las letras de Duesenberg en la tapa del truss rod, algo inimaginable para mí. Así es como creamos los moldes, a partir de los cuales una empresa de joyería produjo todas estas piezas ornamentales. Por supuesto, salía caro. La tapa del trussrod hecha así cuesta 50 veces más que una pieza de plástico equivalente. Pero merecía la pena. No quería lanzar al mercado basura barata sino guitarras realmente exclusivas.
Recordando a Chet Atkins (el de mis comienzos musicales en 1966), sabía que también necesitaba un buen trémolo. La elección recayó en el Bigsby B11, con su elegante hueco ovalado. Desafortunadamente, estos Bigsbys tenían tolerancias con demasiada frecuencia. Algunos funcionaban bastante bien pero en otros existía fricción en el eje, porque el agujero transversal no estaba alineado correctamente. Instalando un muelle diferente e incluso, a veces, modificando las patas en el tornillo de banco, al menos quedaba utilizable. (Ya que había que hacerlo, que quedase lo mejor posible).
Prototipos
Junto con Tom y Thomas Stratmann como freelance, construimos los primeros prototipos y diseñamos una carpeta de color inspirada en los años 50, con fines publicitarios.
1995 – El primer catálogo de colores
Double Cats
El siguiente modelo fue la Double Cat: cuerpo sólido hecho de caoba ligera con doble cutaway y una pastilla Domino P-90 en el mástil. Por supuesto, inspirada por mi gusto por las Les Paul Junior. Pero no concebida como una Gibson de gama barata, sino como un modelo mucho más valioso. Una vez hecha, no me gustó el espacio vacío que quedaba entre el puente y el enganche de la correa. Para rellenarlo diseñé una pieza que también contenía un mini interruptor y un potenciómetro para el volumen de la pastilla del mástil.
1996 – Feria de Frankfurt
Poco después, la feria volvió a Frankfurt y supimos que habíamos acertado, al ver la reacción de los vendedores más expertos. Contamos con la aceptación unánime y también recibimos algunos pedidos. Compartimos el stand con la empresa Clover, que, por cierto, ahora produce las pastillas Delano. Estuvo bien que apareciese una Starplayer verde menta en la portada de Gitarre & Bass. ¡Eso ayudó! Colocamos en el stand una vitrina con todo tipo de piezas de guitarra, por supuesto. También teníamos unas lujosas cajas estilo años 50 para nuestras pastillas y el Les Trem, que yo seguía retocando.
Los primeros modelos estaban equipados con el renovado Bigsby B11, así como con un muy buen puente wrap around de una pieza (muestra de mi infinito amor por la Les Paul Junior... no puedo ocultarlo). Este puente fue desarrollado por un tal Lothar Weimann de Frankfurt. Aparte de eso, técnicamente todo era igual.
Lothar Weimann
1996 - Primeros usuarios
Pero nuestra sucesión de nuevas creaciones estaba lejos de agotarse. El primer guitarrista que presentó una Duesenberg en público fue, una vez más, Carl Carlton, que tocaba en la banda de Peter Maffay. Eso ya fue algo. Y también el propio Peter, que pronto compartió los escenarios de su gira "Encuentros" con todo tipo de artistas internacionales. Uno de ellos fue Keb 'Mo'. Y se emocionó inmediatamente y nos compró una Starplayer. Todo marchaba y yo sentía que estábamos en el camino correcto. Aquí pueden ver a Eddie Seidler, técnico de Carl Carlton, afinando la Duesenberg de Carl.
1996 – Producción
Aunque no estábamos produciendo muchas guitarras en aquel momento, decidimos hacer el fresado en otro lugar, por cuestiones de espacio y polvo. La elegante fábrica de muebles de los padres de mi ex-esposa había quebrado mientras tanto (aunque en cualquier caso, probablemente tampoco nos habría servido). Encontramos otra fábrica de muebles que procesaba mucha madera maciza y en la que estuvieron encantados de pre-producir nuestros cuerpos de guitarra. Tenían una máquina CNC para las cavidades y el fresado desde arriba, que garantizaba una precisión perfecta. También aplicaban la pintura de base para nosotros. Todo un servicio completo que nos ahorró mucho trabajo.
Afortunadamente, nuestro antiguo pintor (el hombre que en realidad quería ser astronauta) había abierto su propio taller de pintura para coches después de la debacle de Rockinger. En aquel momento le habíamos regalado nuestras herramientas de pulido y estaba encantado de poder pintar guitarras de nuevo. Servicio de recogida y entrega incluidos. Le iba tan bien que tuvo que contratar a tres ayudantes. Su taller no paraba, lo cual me hizo muy feliz. A pesar de las considerables pérdidas y las dificultades iniciales, conseguimos que algunos de los antiguos empleados pudieran seguir ganándose el pan. También Arndt Schulz - por cierto, uno de los mejores guitarristas de Hannover - pronto volvió a trabajar con nosotros. Todo marchaba y, como se ve en la foto, de vez en cuando hasta me podía comprar un faisán en el mercado...
La "Agitadora"
Fue durante esta época que inventé el "Rüttel", una máquina bastante loca a la que podías sujetar una guitarra y agitarla para mejorar su vibración. Contenía una correa que se fijaba al eje, montado excéntricamente en un motor de tracción eléctrica, y se movía hacia arriba y hacia abajo con cada revolución. Un tirante de metal con un peso de acero mantenía la guitarra bajo tensión. Era complicado verificar si el instrumento mostraba algún cambio en el sonido después de este tratamiento de choque que duraba horas. ¡Pero yo creo que sí! De todos modos, sólo la usamos por un corto periodo, entre otras cosas por el ruido que hacía.
Tom y Thomas Stratmann, que mientras tanto había abierto su propio taller en Hannover, ensamblaban, montaban y dejaban las guitarras perfectamente afinadas y listas para el envío.
Los vendedores quedaban encantados. Especialmente en comparación con las marcas americanas, con las que siempre tenían que invertir varias horas para dejar esos instrumentos listos para la venta. (Esto se debía a que los "grandes" americanos no se tomaban el control de calidad demasiado en serio).
Sheena Ringö
Una chica japonesa llamada Sheena Ringo, desconocida para nosotros, había comprado una Duesenberg Starplayer color verde menta en la Rock Shop de Karlsruhe durante su gira europea. De vuelta en Japón, el fotógrafo que debía diseñar la portada de su álbum de debut le sugirió que posara sujetando "esa guitarra verde de allí". El hecho de que ella subiera como la espuma en Japón poco después y fuera idolatrada como Madonna, probablemente no se debió a la Duesenberg de la portada de su disco. Sin embargo, de repente recibimos un pedido de un importador japonés de 200 Starplayers. Y todas en... ¿qué color? ¡Sorpresa! Verde menta. Tuvimos que trabajar duro para entregar el pedido.
Y tuvimos una buena crítica en el "Rock News":
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1997
Patinando en línea alrededor del lago Maschsee, en Hannover, perdí el control a demasiada velocidad y acabé por los suelos. Mala suerte: pierna rota y unas semanas con muletas, pero mis seres queridos cuidaron bien de mí en el hospital. Esta foto se titula "Enfermedad hoy".
Un típico comunicado de prensa tonto.
1998 MusikMesse - Dos "bergs"
Compartimos el stand de la feria con Sandberg. Los de Sanberg fabricaban mástiles para nosotros en aquella época porque nosotros no dábamos abasto con la producción. La feria nos fue bien a ambos. Habíamos comenzado a pintar las palas de algunas de las guitarras con pintura Sparkle. Siempre me habían gustado los afinadores de las Fender clásicas, con el poste perforado y la acanaladura. Cortas la cuerda a la longitud correcta, metes el extremo por el agujero, usando la ranura, y listo. Sin extremos de cuerda bailando por ahí y sin pinchazos en las yemas de los dedos. Encargamos postes ranurados de este tipo y equipamos nuestros afinadores con ellos. Además, molesto por las tolerancias de los Bigsby, había desarrollado un nuevo trémolo, cuyo muelle de compresión estaba oculto bajo una gran cubierta metálica decorativa. Funcionó perfectamente. Y aquí vemos nuestra Domino P-90 de mástil que instalábamos de serie.
Sparkle Tops (Tapas brillantes...)
El material de con el que se conseguía el efecto Sparkle en la pintura era celuloide auténtico, que pudimos comprar a la empresa Hohner, junto con muchas otros adornos. Ellos lo habían estado usando para acordeones y bombos de batería y se estaban deshaciendo del material. Hohner también era distribuidor de las piezas de Wilkinson. Iban a dejar la distribución y nos acabamos también llevando dos palets de productos Wilkinson.
Un detalle: con este nuevo trémolo se podía colocar la palanca tanto a la derecha como a la izquierda. Y finalmente teníamos estas tapas abiertas de pastilla, de plata de níquel.
Dixie Kidd & Fred Garcia
Este inglés, Dixie (David John) Kidd (a la izquierda en la foto) nos compró piezas de guitarra durante mucho tiempo. Lo conocí en un pequeño y maravilloso festival de guitarra en Soave (norte de Italia).
Inmediatamente se entusiasmó con nuestros golpeadores verde menta. Dixie, un tipo ilustre con un enorme disco duro en su cabeza. Podía recordar, por ejemplo, que en 1967, en un concierto de cualquier banda el bajista llevaba una camisa azul y el guitarrista tocaba una Telecaster. El Sr. Kidd era el distribuidor inglés de guitarras Guild y comenzó importar Duesenbergs al Reino Unido.
Y Fred García (a la derecha, y aquí su espectacular perro salchicha "Tití") seguía siendo copropietario de la compañía francesa de guitarra LAG. Sin embargo, quería dejar LAG para volver a su vocación inicial: ser profesor de inglés. Le dije: "¿Estás loco? ¿hacerte maestro? Conoces toda la industria, todas las sutilezas, proveedores y clientes. ¡Tienes que seguir con las piezas de guitarra y vender nuestras guitarras en Francia!" Fred estuvo de acuerdo, y de repente tuvimos, no uno, sino dos distribuidores europeos, Francia y Gran Bretaña, ¡oh, sí!
1998 – Angst & Schrecken auf Formentera (Miedo y Asco en Formentera)
En Formentera tenía un ordenador Atari en el cual había escrito muchas historias. Diez años después pensé en publicar aquellos textos como un libro. Volví a la isla, donde Thomas Stratmann había alquilado una casa, me instalé y pasé semanas escribiendo y pasándolo todo a mi primer Mac Book. Así es como nació este libro, que cuenta mucho sobre la isla y sobre nuestra escuela de construcción de guitarras.
Nervio trémolo
Esos trémolos de Bigsby me habían molestado desde el principio: súper caros y funcionan de mediocres a nulos. Así que pasé mucho tiempo haciendo mis propios diseños de trémolos. Aquí hay un ejemplo:
Pronto nos quedamos más cerca del diseño "original", pero mejoramos mucho los detalles!
1999 – KLUSON
Esta marca no estaba protegida en Europa y la compañía Kluson, que había fabricado un montón de estos afinadores para Fender y Gibson (en ese momento considerados como "material de hojalata barata"), había cerrado sus puertas a mediados de los 70. Había una conocida compañía japonesa que podía producir réplicas de estos viejos afinadores con una calidad excelente. De hecho, llevaban ya un tiempo haciéndolo, pero sin el logo de Kluson estampado en ellos. Les pregunté si podían producir estas mismas clavijas con el logo "KLUSON DELUXE". Al mismo tiempo, registré la marca Kluson para Europa.
La empresa dijo "Sí - no ploblema". Los metíamos en una lujosa caja que incluía una gamuza para abrillantar. Kluson-Europa estaba lista. ¡Hasta la cinta de embalar era bonita!
Musikmesse Frankfurt 2000 – Duesenberg DTV & Carl Carlton
DTV & DCC
La siguiente etapa en nuestro ascenso la marcaron estos dos modelos con tapas arqueadas y bloque central. Por fin teníamos nuestro propio trémolo, que funcionó, en general, sin problemas. Mostramos estos productos en la feria, donde nuevamente compartimos el stand con la gente de "Clover". Ellos ya no hacían bajos completos, se habían centrado en la producción de pastillas de bajo. La feria fue un éxito para ambas compañías y acabamos con nuestras hojas de pedidos bien llenas.
Nuestro folleto.
2000 – Ingo Renner
El trabajo empezaba a sobrepasarme y notaba que no daba abasto. Por una afortunada coincidencia conocí a Ingo Renner, que en aquel momento trabajaba para el Pro Percussion Center (PPC), en Hannover. Tenía que robárselo al PPC. Para nuestra primera charla nos encontramos en un pub de Südstadt un tanto extraño llamado "Bei Angelo". El tal Angelo era griego, un cocinero con talento y amigo de los desafíos. Encantado por la visita ocasional de nuestro ex canciller alemán Gerhard Schröder (conocido en mi país por su amor a la salchicha al curry), colaboró en la elaboración de una salchicha al curry de dos metros de largo. Eso le dio bastante popularidad (como "griego italiano"). Pero ésa es otra historia...
Entre ostras y salchicha al curry, Ingo y yo tuvimos una buena charla y le expliqué el potencial de mi compañía. Estaba Duesenberg, muchos productos propios de Göldo y acababa de registrar la marca Kluson en Europa. Marcas prometedoras, que necesitaban un mejor marketing del que yo era capaz de hacer. Ingo aceptó, dejó su trabajo en el PPC y empezó conmigo. Unos días después le entregué las llaves de la empresa con las palabras "¡lo conseguirás!" y me fui de viaje al sur.
Viaje de placer
Estaba exhausto y necesitaba desesperadamente descansar. Resultó ser un buen viaje. Primero conduje a Italia e hice una parada en Bérgamo, donde mi autor de libros favorito en ese momento, Eckhard Henscheid, había escrito su maravilloso libro "Dolce Madonna Bionda". Luego fui a Pesaro, el lugar de nacimiento de Rossini, donde se celebraba una pequeña feria de música italiana. Resultó que la mejor pizza no estaba en Nápoles sino allí: en este encantador pueblecito se comía maravillosamente.
Conduje hacia el sur, dejé mi coche en Milazzo y tomé un ferry a una isla con un volcán activo: Stromboli. Una isla muy impresionante y mágica a su manera. No puedo menos que recomendársela a todo el mundo. Luego volví, recorriendo Italia de sur a norte, cruzando el sur de Francia y entrando en España.
En Valencia me gasté un dineral en marisco, que era fantástico allí. En una feria de música conocí a una española llamada Ana Secades y decidí abrir una distribución de Göldo en Mallorca con ella. Al final no funcionó, pero aún así, conseguimos vender un montón de Duesenbergs y piezas de guitarra en Mallorca.
Me dirigí a Sevilla, donde vi la primera corrida de toros de mi vida. Al final el muerto es siempre el toro, aunque es cierto que los toreros realmente se ponen en peligro. Vi a un torero volar por los aires de una cornada. Pero el matar animales como espectáculo debería estar prohibido. Para los españoles también tiene mucha importancia ambiente del evento: los sevillanos acuden vestidos como si fueran a la ópera. ¡Es muy impresionante! Yo, por otra parte, me he hecho un aficionado al fútbol español, especialmente al Atlético de Madrid.
Después de casi cuatro semanas en Hannover estaba claro que Ingo tenía todo bajo control. Sin embargo, yo había contratado temporalmente a una mujer para el departamento de envíos que, desafortunadamente, resultó ser disléxica. Tuvo muchísimas dificultades con nuestros códigos de artículo y montó un lío tremendo. Los clientes recibieron piezas equivocadas y nuestro programa de stock se vino abajo porque ya nada cuadraba, aunque no fue culpa de Ingo.
Mallorca con Peter Maffay
Pasé una semana de aquél otoño en Mallorca. Allí, Peter Maffay estaba grabando el CD "Unplugged" con su banda. Me alojé en una finca cercana, compartiendo casa con Ken Taylor, Carl Carlton, Andreas Becker y Frank Dietz. También estaban por allí Bertram Engel y Eddie Seiler. Un buen sitio aquél, un poco al oeste de Pollença...