1980s - Rockinger Tru Tune Tremolo, Eddie VH, USA, produción
1980 - TTT – TRU TUNE TREMOLO
Desde los comienzos, el desarrollo de producto fue mi principal preocupación. Acababa de descubrir el nuevo y primer trémolo Floyd Rose en la Stratocaster de Matthias Jabs. Un consejo: hay que sujetar con bloqueo ambos extremos de la cuerda, en la cejuela y en el puente. Matthias, que a menudo venía en esa época, estaba entusiasmado y con razón, pero, al mismo tiempo le había encontrado pegas: "Si una cuerda se desafina- lo que puede suceder con un tirón extremo de palanca - hay que aflojar el bloqueo de la selleta con una larga llave Allen para poder afinarla de nuevo.”
Entonces se me ocurrió la idea de los afinadores de precisión. Así, las cuerdas sólo llevaban bloqueo en la selleta (evitando el problema de la fricción en las clavijas de afinación). Y se afinaba el trémolo con los afinadores de precisión (que ya existían para otros instrumentos de cuerda). ¡El Rockinger TRU TUNE TREMOLO había nacido! Funcionaba perfectamente. Y para ponerle la guinda, habíamos desarrollado un pequeño porta-llaves Allen que se atornillaba en la parte posterior de la pala, para llevar en él las llaves necesarias. Por cierto, hay varias empresas asiáticas que siguen copiando este porta-llaves hoy en día.
Poco después tuvimos nuestro primer stand en la MusikMesse de Frankfurt, ¡una verdadera aventura!. Harald, que ahora trabajaba por su cuenta, creó para nuestro stand una decoración de estilo hawaiano, con palmeras artificiales y todo. Nuestro vecino era KRAMER-USA. Su jefe, Dennis Berardi, vio nuestro trémolo y quedó fascinado. Los americanos estaban entusiasmados con nuestros trémolos y los golpeadores "verde menta". En muy poco tiempo se redactó un contrato y tuvimos que aumentar considerablemente el volumen de producción.
Dennis Berrardi pudo involucrar inmediatamente a Eddie Van Halen (primer usuario famoso de los puentes Floyd Rose) y nuestro trémolo Rockinger fue lanzado en los EE.UU. como "Trémolo Edward Van Halen". Las demás compañías de guitarra alemanas y, por supuesto, los proveedores, estaban pasando una mala racha debido a la competencia japonesa. Nuestro proveedor de piezas estaba encantado, porque constantemente le hacíamos pedidos de cientos de estos trémolos. ¡Maravilloso! ¡Un buen año!
En la vida no todo sale bien (sólo lo menciono como una advertencia, en caso de que alguien no se haya dado cuenta todavía...). Por supuesto que esto incluye las oportunidades perdidas. Por ejemplo, me vi envuelto en una conversación de importancia histórica con Keith Richards y Ron Wood. Justo en el momento en que nos dimos la mano, mi socio Ingo me llamó a mi teléfono móvil para decirme que estaba en la entrada del vestíbulo y que si podía conseguir que entrara. Así que me disculpé con los dos Stones y les dije: "Un momento, ya vuelvo. Es mucho mejor si esto lo hablamos los cuatro juntos". Pero ahí acabó todo. Cuando finalmente tuve a Ingo en el salón Meet & Greet, Keith y Ronnie se habían ido hacía mucho. Estas cosas pasan y puedes enfadarte por ellas en retrospectiva. Es como cuando se te cae la brocha de afeitar al váter. Pero ¡qué diablos!, tienes que ser capaz de superarlo. Hay cosas peores que no hablar con Keith y Ron. (Pero a Eddie van Halen, realmente quería conocerlo. Apagaría mi móvil primero. Lo prometo.)
¡Sostén total con medio libra de latón!
¡Incluso nuestro puente Tunamatic Wrap Around Bridge acabó en una guitarra de doble mástil de Eddie Van Halen!
Los golpeadores "Tele" con ranuras para Keith
Una vez Harald tuvo una idea genial para Keith Richards, quien, como es sabido, no era en absoluto reacio a las drogas. A Harald se le ocurrió encargar a Müller & Sohn unos golpeadores para Telecaster, de latón, que tuvieran varias ranuras. Estas ranuras serían como las de los trémolos Strat de la época, en las que se guiaban los tornillos para ajustar la altura de las selletas. En nuestro caso, las ranuras tenían unos ocho centímetros de largo y, por supuesto, eran más profundas. La idea era que se pudiese espolvorear cocaína en el golpeador y luego empujarla hasta las ranuras con una tarjeta de crédito o algo así. Allí se quedaría la coca bien alineada hasta que llegase Keith o cualquier otro Stone para esnifársela con fruición con una pajita.
Enviamos estos golpeadores a través del organizador de un concierto de los Stones en Hannover, para que se los entregase antes de la actuación en el Niedersachsenstadion. Desgraciadamente, nunca recibimos respuesta, ¡qué pena!
1982 – Rockinger USA – Bernard Ayling
Por desgracia, el Sr. Floyd D. Rose no se había dormido en los laureles, sino que, por su parte y de forma independiente, desarrolló un trémolo con afinadores de precisión. Esto llegó a nuestros oídos en la fiesta de inauguración de Musicians Place "MP", una tienda de música en Hannover. El portador de las malas noticias se llamaba en este caso Frank Untermayer y era un empleado de Hamer. Frank siguió hablando y así nos enteramos de que Kramer tenía la intención de interrumpir su colaboración con Rockinger para hacer negocios sólo con Floyd Rose en el futuro. El mundo es un pañuelo. Züli y yo volamos inmediatamente a la fábrica de Kramer, en Nueva Jersey, para llegar al fondo de estos rumores. Por supuesto, en Kramer intentaron negarlo todo o, al menos, desacreditar el rumor. Sin embargo, por casualidad, estando en sus instalaciones, vimos clavado en un tablero de corcho un papel con información sobre el próximo lanzamiento de Floyd Rose. Todo suena como un thriller de espías, lo sé...
Coincidencia: También en Nueva Jersey, y precisamente en Asbury Park, justo al lado de la fábrica Kramer, había un comerciante de guitarras vintage llamado Bernard Ayling, que había ocupado parte de nuestro stand en la MusikMesse de Frankfurt. Hablaba alemán con fluidez porque vivió en Sarre durante doce años, como hijo de un soldado de ocupación americano. Lo visitamos y le describimos nuestra situación. E inmediatamente se ofreció, con entusiasmo, a hacerse cargo de la distribución en EE.UU. de nuestros trémolos.
Eddie Van Halen
En un viaje a Los Ángeles nos encontramos con Eddie en el Guitar Center, que tenía algo que recoger. Super amable y como holandés hasta habla alemán. ¡Y "Conan el Bárbaro" acaba de estrenarse en el cine!
Pero me resultó un poco extraño que en una entrevista que concedió no mucho antes de su muerte, afirmara haber tenido la idea de los afinadores. Eso sí que fue idea mía. ¡Pero así es como le gusta a la historia ser doblada!
Aquí arriba nuestro primer anuncio en los EE.UU. - 1981
Nuestro éxito fue sorprendente, ya que Bernard Ayling recibió varias cartas de agencias de marketing y publicidad diciendo "un anuncio así no funcionará en absoluto". Lo cierto es que, aunque el anuncio pudiese resultar un poco arrogante, a los americanos les encantó.
Karl Gölsdorf
Quiero mencionar aquí que mi bisabuelo Karl fue un ingenioso inventor de locomotoras de vapor. A lo largo de los años, diseñó nada menos que cuarenta y cinco modelos para los Ferrocarriles del Estado austríacos e inventó el llamado eje de Gölsdorf. Se usaba en las locomotoras de más de dos ejes y permitía que los ejes adicionales se desplazaran horizontalmente en las curvas para adaptarse al radio de la misma.
En el primer distrito de Viena le pusieron su nombre a una calle y hoy hasta tiene un club de fans en Internet.
Y ahora algo de tecnología...
Por lo general, una fresadora de copia tiene un motor de alta velocidad que se puede bajar, con un mandril para fresas de diferentes diámetros y perfiles. En el centro, debajo, hay un mandril con pasadores guía intercambiables, también de diferentes diámetros. Estos se enganchan en los huecos fresados de las bases de las plantillas de modo que el cuerpo sólo puede moverse hasta donde lo permita el pasador guía fijado en la mesa. Así, la forma de la plantilla se copia limpiamente 1:1 en el cuerpo. Y si una fresa - por cualquier razón - es demasiado pequeña, simplemente se sustituye el pasador guía por uno más pequeño para que la fresa se pueda mover un poco más.
En esta máquina también fresábamos los bindings. Por ejemplo, se toma un perno guía de ocho milímetros de diámetro y una fresa de doce milímetros de diámetro, que luego quita dos milímetros por todo el contorno. Atención a la pegatina que Horst pegó en el motor de la fresadora (“10 años de conducción en estado de embriaguez”).
El Abuelo Osburg
Fue un tal Friedel Osburg quien construyó nuestra grandiosa sierra para las ranuras de los trastes. Era un viejo combatiente del frente ruso que "tuvo la suerte" de que le alcanzara metralla de una granada en una pierna. Gracias a eso pudo volver a casa, cojeando, pero habiendo escapado del infierno de Stalingrado. Osburg -que murió a mediados de los 90- era mecánico y tenía un taller en el barrio obrero de Hannover-Linden. No se trataba de un taller de cerrajería normal, sino de algo mucho más sofisticado: dos tornos, fresadoras, punzonadoras y muchas otras cosas. Sin embargo, tratar con él implicaba un pequeño problema: al principio de cada visita había que soportar al menos media hora de historias del frente ruso. Pero al menos te las contaba con ese maravilloso dialecto de Linden: "Los rusos también tenían mujeres en el ejército y eran más duras que los hombres. Siempre con la bayoneta puesta, como animales". Con batallitas rusas o sin ellas, Friedel Osburg no era un nazi y era un hombre con recursos. Hacía de todo para nuestras máquinas: toneladas de clavijas y anillos de arranque para nuestras copiadoras, herramientas de prensado para el pegado de los cuerpos de guitarra y mucho más. Era sencillamente estupendo. También nos fabricó una herramienta de perforación y doblado para el ajuste del engranaje del trussrod de nuestras primeras guitarras Duesenberg Metal de los años 80. Siempre que tenía una buena idea para nosotros, solía decir: "¡Dejadme que le dé una vuelta a eso!“.
Aquí nuestra sierra para las ranuras de los trastes, ¡un monstruo realmente ingenioso! Un grueso eje con 24 hojas de sierra. Montada frente a este eje, una pieza enorme, que giraba gracias a un engranaje de cadena, y a la que se podían fijar cuatro mástiles diferentes. El mástil se aproximaba a las hojas de sierra con sólo pulsar un botón, todas las ranuras de los trastes se serraban a la vez y listo. Sin embargo, siempre nos preocupó la seguridad. La mordedura de más de 20 hojas de sierra a la vez en la madera del diapasón, durante este proceso de serrado, implicaba una fuerza brutal. El uso del casco estaba a la orden del día. En una ocasión esta máquina reventó el mástil de un bajo mientras lo serraba y algunos fragmentos de la hoja de la sierra volaron por la habitación. Miedo y terror, incluyendo el coste económico de la reparación.
El abuelo Osburg fue quien creó en el torno los pomos en forma de tetilla de nuestra guitarra Heilmann, lo que no fue un trabajo fácil. Y todavía estaba interesado en las mujeres y el sexo. Una vez comentó de pasada que todavía se acostaba con su mujer a veces, por las mañanas... También solía disparar a las palomas con su rifle de aire comprimido en el patio, a mediodía. Y poseía una pequeña destilería de aguardiente, una gran estructura de cristal hecha con varios tubos y tinas, en la que destilaba sobre todo aguardiente de patata. Ilegalmente, por supuesto.
Pintando con Sascha
En esa época, la mayoría de los constructores de guitarras y pequeños fabricantes encargaban la tarea de pintura a la compañía Clover en Recklinghausen. Eran muy buenos, pero el interminable ir y venir de guitarras por correo o UPS era muy molesto. Encontramos un pintor cerca de Hannover que también era muy bueno. Pero seguíamos teniendo que encargarnos de conducir y de gestionar nosotros las entregas y recogidas. Para acabar con todo eso decidimos encargarnos de la pintura nosotros mismos. Había que contratar a un pintor propio. Y encontramos a Sascha.
Sascha, nacido en Rusia, en realidad habría querido astronauta, como cualquier ruso que se precie. Sin embargo, realizó unas prácticas de fabricación en la meca de la luthiería alemana: Mittenwald. En la empresa en la que estuvo (siendo explotado, como la mayoría de los aprendices) se había dedicado principalmente al barnizado y lo había aprendido todo sobre el tema. Bernd Röttger, siempre un hombre de acción, había construido y soldado una cabina de pintura, poco antes de la llegada de Sascha. Estábamos preparados.
Producción
Después reconstruir el taller grande fue cuando nos pusimos en marcha realmente. Nuestra maquinaria se hizo más sofisticada, especialmente gracias a la amorosa ayuda del abuelo Osburg. Teníamos, por ejemplo, un ingenioso cortador del alambre de trastes. Era muy sencillo, con dos discos de acero de unos 15 mm de espesor en un eje y agujeros exteriores con diferentes diámetros para diferentes dimensiones de alambre. Comprábamos el alambre a granel en rollos. Lo colocabas a través de los dos agujeros, empujabas un disco contra el otro con una palanca y cuando el alambre se rompía ¡ya estaba! ¡A la medida correcta!
Winkelmann
Empezó a trabajar para nosotros también Klaus Winkelmann, carpintero. Se encargaba de la preparación de la madera, es decir, cortar en bruto, pegar, regruesar, cepillar, tratar la madera y fresar la forma. E instalamos un gigantesco sistema de extracción de virutas y polvo, con gruesos tubos plateados que recorrían las habitaciones.